sábado, 27 de agosto de 2011

La música de Nino Bravo

LIBRE

Tiene casi veinte años y ya está cansado de soñar,
pero tras la frontera está su hogar, su mundo, su ciudad.


Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal,
algo que nunca puede detener sus ansias de volar.


Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar...
Libre como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar...
Libre como el viento que recoge mi lamento y mi pesar,
camino sin cesar detrás de la verdad y sabré lo que es,al fin, la libertad.


Con su amor por bandera se marchó cantando una canción,
marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó,
y tendido en el suelo se quedó sonriendo y sin hablar,
sobre su pecho flores carmesí, brotaban sin cesar...


Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar...
Libre como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar...
Libre como el viento que recoge mi lamento y pesar,
camino sin cesar detrás de la verdad y sabré lo que es,al fin, la libertad.           

Música africana

 La música africana, es la música producida por los pueblos del África subsahariana, por distinguirla de la música árabe característica del norte de África. En esta región, con más de 40 naciones —cada una con su propia historia y una mezcla exclusiva de culturas y lenguas— se ha desarrollado una rica tradición musical.

A pesar de su diversidad, posee varios rasgos específicos comunes a todos los estilos musicales. Uno de ellos es el uso de la repetición como principio organizativo. Por ejemplo, en la música para mbira del pueblo shona de Zimbabue, se establece un patrón de repetición gracias a la interacción de las manos que el intérprete utiliza como base para la improvisación. Otra característica común importante es la polifonía (textura musical que consta de dos o más líneas melódicas). La música africana posee, además, una cualidad comunicativa, por la cual varias voces, instrumentos e incluso las manos de un solo intérprete, producen un intercambio lleno de vitalidad. Una de las maneras de producir música es el canto de llamada y respuesta, durante el cual el coro repite un estribillo fijo que se alterna con la voz del cantante solista, quien dispone de mayor libertad para improvisar.

Existen muchos modos distintos de expresión en la música africana. En África Occidental son comunes los conjuntos de tambores con tres a cinco músicos que tocan patrones alternados. En el grupo, cada tambor usa un método diferenciable para percutir el parche, de manera que produzca notas y timbres (colores tonales) que distingan a su instrumento del de los demás. Dichos conjuntos incluyen unas carracas y una campana de metal que se golpea con un palo y que produce un patrón repetitivo (a veces llamado línea temporal) que penetra en la densa textura del conjunto y ayuda a que los percusionistas estén sincronizados unos con otros.

En la música para xilófono akadinda del pueblo baganda de Uganda, hay dos grupos de tres músicos cada uno enfrentados a un mismo xilófono. El primer grupo toca un patrón repetido en octavas, mientras el segundo grupo completa los tiempos vacíos con un patrón de relleno. El tempo (o velocidad) resultante puede aproximarse a las 600 notas por minuto. En el este, centro y sur de África hay grupos de músicos que tocan conjuntos de flautas o trompetas, en los que cada cual contribuye con una única nota en estrictas rotaciones con los demás. La alternancia de las partes crea una rica textura polifónica. Este tipo de técnica de conjuntos, conocida como hoquetus, ha sido también característica de la música antigua europea en los siglos XIV y XV. El hoquetus desempeña un papel importante en la música del pueblo san del desierto del Kalahari y de los pigmeos de los bosques pluviales del centro de África.

Entre los pueblos del sur de África, la polifonía se encuentra más desarrollada en la música vocal. En la música coral tradicional zulú, las voces individuales entran en puntos diferentes y forman un ciclo continuo, durante el cual se superponen unas a otras en una textura compleja y constantemente cambiante. La misma técnica puede ser utilizada en las actuaciones vocales solistas, en las que un cantante saltará de uno a otro punto de entrada con el objetivo de integrarse en la textura polifónica total. La música africana utiliza una amplia variedad de calidades de voz. Es habitual añadir a los instrumentos objetos sonoros como cascabeles, sonajeros y membranas (como en la mbira) para producir un sonido parecido al de un insecto.

En la música africana se usa una amplia gama de instrumentos. Los tambores, uno de los instrumentos más populares, tienen muchas formas y tamaños diferentes. Para los cuerpos se utiliza madera, calabazas y arcilla. Las membranas se hacen con pieles de reptiles, vacas, cabras y otros animales. Entre los tipos de tambores más importantes se incluyen los grupos de tambores afinados en una escala y montados sobre un armazón que tocan un equipo de percusionistas, los tambores de fricción, en los cuales el sonido se produce frotando la membrana, y el tambor de tensión del oeste de África con forma de reloj de arena, a veces llamado tambor parlante, porque puede usarse para imitar los contornos melódicos del habla.

Si bien los estereotipos de la música africana suelen acentuar la importancia de los tambores, existen muchas otras clases de instrumentos de percusión, incluidos golpeadores, campanas, carracas, gongs de madera, calabazas percutidas, vasijas de arcilla, tubos sellados y xilófonos. El lameláfono, un instrumento exclusivo de África, consiste en una serie de láminas de metal o bambú montadas sobre una tabla o una caja. El instrumento se sostiene en las manos o en el regazo del músico, y con los pulgares o los índices se pulsan los extremos libres de las láminas. Los lamelófonos están muy distribuidos por toda África y también se les conoce como mbira, kalimba o likembe.

Entre los instrumentos de cuerda populares en África se encuentran los arcos musicales, laúdes, liras, arpas y cítaras. Los músicos profesionales del pueblo mandinga de Gambia tocan el kora, un arpa-laúd de 21 cuerdas, que incluye tanto cuerdas pulsadas como otras que resuenan por simpatía. El xalam, un laúd de pulso, es un pariente cercano del banjo afroestadounidense y es un instrumento popular en Senegal. El arco musical, que consiste en una cuerda atada por ambos extremos a un arco flexible, desempeña un papel especialmente destacado en la música tradicional de los pueblos del sur de África como los san, los xhosa y los zulúes.

Entre los instrumentos de viento africanos encontramos flautas, silbatos, oboes y trompetas. Las flautas traveseras y rectas están hechas de bambú, caña, madera, arcilla, hueso y otros materiales y están distribuidas por toda la región subsahariana. Las trompetas suelen asociarse con la realeza, están hechas con cuernos de animales o de madera y pueden encontrarse en muchas regiones. Los clarinetes de la región de la sabana al oeste de África están hechos con maíz de Guinea o tallos de sorgo, con una lengüeta cortada de la superficie del tallo en uno de los extremos. Los instrumentos de doble lengüeta, como la algaita de los hausa, provienen del norte de África.
Los músicos profesionales, los griots, han desempeñado una función crucial como historiadores en las monarquías que reinaron entre los siglos X y XX en varias zonas de África. Entre la gente del pueblo mande del oeste de África, los bardos profesionales aún cuentan relatos de poderosos linajes y ofrecen consejos a los gobernadores contemporáneos. Entre los yoruba de Nigeria, un rey incompetente o cruel oirá la primera petición de abdicación de su pueblo a través de sus tambores parlantes. Cuando las tropas gubernamentales de Uganda invadieron el palacio del rey Kabaka de Buganda, se aseguraron primero de destruir los instrumentos musicales reales. En sus memorias, Kabaka describió los tambores reales como el ‘corazón’ de su reino.

La música sigue desempeñando un papel importante en las sociedades africanas. Es un medio para la transmisión de conocimientos y valores, y para celebrar sucesos comunales y personales importantes. La música suele combinarse con el habla, la danza y las artes visuales para crear representaciones conjuntas. Incluso en sociedades con tradiciones menos desarrolladas de músicos profesionales, todos los individuos tienen la posibilidad de participar en un evento musical añadiendo una voz al coro o dando palmas con el ritmo apropiado, y ello se considera parte de las competencias normales de la cultura.

La música suele marcar las etapas más importantes de la vida de una persona. Hay nanas, canciones infantiles de juego y músicas para los ritos de iniciación a la adolescencia, para las bodas, los nombramientos y en homenaje a los ancestros. Entre los yoruba de Nigeria la madre de gemelos debe interpretar un repertorio especial de canciones. En Ghana hay canciones para tejer y para celebrar la caída de la primera dentición del niño.

En muchas religiones africanas, el sonido es considerado unos de los medios primigenios con que las deidades y los humanos imponen orden en el Universo. En África Occidental, los percusionistas desempeñan un papel esencial en las ceremonias de trance y posesión, en las que los dioses entran o ‘cabalgan’ sobre los cuerpos de los devotos. Un buen intérprete de tambor debe conocer composiciones de ritmos específicos para cada uno de los dioses y ser responsable de regular el flujo de poder sobrenatural en el contexto del rito. En Zimbabue, los músicos shona que tocan la mbira crean un entorno sonoro que estimula la posesión a manos de los espíritus de los ancestros, lo que constituye una parte imprescindible de la curación.

La música también se utiliza para organizar las actividades laborales. Los hombres kpelle de Liberia usan una forma de hoquetus vocal para coordinar sus golpes de machete al despejar y limpiar la densa maraña de sus campos de arroz. En las sociedades pigmeas de los bosques pluviales centrales, los cantos y gritos se usan para coordinar los movimientos de los cazadores en la espesura, y en el sur de África, hay grupos de niños que usan flautas y otros instrumentos para controlar el movimiento del ganado.

La música popular africana actual es una mezcla de distintos elementos de las tradiciones musicales africanas, europeas, americanas y de Oriente Próximo. En la mayor parte del continente, surgió a raíz de la llegada de los primeros colonos a principios del siglo XX. El desarrollo de los estilos populares ha estado a menudo muy influido por la expansión de los medios electrónicos. La popularidad internacional de la música africana creció durante la década de 1980, en parte por la participación de músicos africanos en los álbumes de las estrellas del pop Paul Simon, Peter Gabriel y David Byrne y por el compromiso de muchos músicos para acabar con el régimen del apartheid surafricano.

El estilo más influyente en el ámbito africano es la música de banda de guitarras del Congo, también llamada soukous. Influida por la música afrocubana, este estilo se desarrolló en las ciudades del África central, y ahora la tocan grupos de Kinshasa, Brazzaville y París. Entre las figuras del soukous están Franco y l'Orchestre O.K. Jazz, Rochereau, Mbilia Bel, Papa Wemba y Loketa.

A finales del siglo XIX un estilo llamado highlife comenzó a desarrollarse en Ghana. Existen dos tipos de agrupaciones de highlife (orquestas de baile en las que los músicos han desarrollado una versión africana de la música de salón occidental), una está compuesta por trompetas y saxofones y la otra por guitarras, que suele incluir varias guitarras eléctricas y una batería de instrumentos de percusión. En Nigeria, el estilo afro-beat de Fela Anikulapo-Kuti, antiguamente músico de highlife, está muy influida por la música popular afroamericana y el jazz. Los músicos yoruba han desarrollado una variante de la banda highlife con guitarras llamada juju, que utiliza proverbios tradicionales y poesía devocional e incorpora el tambor parlante. Algunas de las estrellas más populares de la música juju son King Sunny Adé y el ‘Comandante en Jefe’ Ebenezer Obey. En Zimbabue, Thomas Mapfumo y el guitarrista Joshua Sithole han contribuido a desarrollar un estilo llamado jiti, transfiriendo los patrones de la mbira shona a la guitarra eléctrica. Este estilo ha desempeñado un papel importante en la difusión de las canciones de la resistencia durante la guerra de la independencia contra el gobierno controlado por los blancos en Rhodesia.

La tradición de los griots profesionales en la región de las sabanas del África Occidental se ha desarrollado gracias a músicos como Youssou N'Dour de Senegal y Salif Keita de Malí. Estos músicos, que a menudo graban en París, usan instrumentos tradicionales como el xilófono y el kora, además de las guitarras eléctricas y los sintetizadores. Sus estilos vocales reflejan la influencia de la música islámica sobre la música de la región de la sabana.

Suráfrica es hogar de algunos de los estilos mejor conocidos de la música popular africana. El mbaqanga, que se desarrolló en los guetos ocupados por población negra segregada durante la era del apartheid, es la forma más popular de música de baile. Los grupos contemporáneos de mbaqanga, como los Soul Brothers o Mahlathini and the Mahotella Queens, incluyen un cantante solista y un coro, guitarra y bajo eléctricos, batería y algún tipo de combinación de saxos, acordeón u órgano. El estilo coral masculino zulú del isicathamiya ("el camino de los pasos"), que interpreta Ladysmith Black Mambazo, proviene de las canciones de boda tradicionales, los estilos corales afroamericanos y los himnos de iglesia estilo Wesleyan.

El tráfico de esclavos en el periodo colonial americano produjo la llegada de ritmos africanos al nuevo continente que influyeron enormemente en la música nativa. El tango, el jazz, la habanera, el blues, el candomblé y el frebo bahiano son herederos de las diferentes músicas africanas. La habanera, el jazz y el blues tienen un mismo origen afroamericano. En Brasil, tanto en la región carioca como en la bahiana la influencia de la población negra es crucial en los registros y secuencias rítmicas. En el Río de la Plata, el candembe uruguayo es heredero directo de la música africana, mientras que el tango argentino recibe sus influencias negras a través de la habanera y la milonga. El término ‘tango’ procede de un vocablo de origen africano que significa reunión o conjunto de personas.


Encarta ® 2005. 

sábado, 20 de agosto de 2011

La música de Joan Manuel Serrat

La música de Cantares
 
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.

Nunca perseguí la gloria...

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso.



La música de Soda Stereo

De Musica Ligera
Ella durmió
al calor de las masas
y yo desperté
queriendo soñarla
algún tiempo atrás
pensé en escribirle
que nunca sorteé
las trampas del amor
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra
nada mas queda
No le enviaré
cenizas de rosas
ni pienso evitar
un roce secreto
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra
nada mas queda
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra
nada más queda
nada más queda
nada más queda
nada más queda

Soda Stereo

Música judía




La música judía antigua parece haber sido utilizada principalmente para el culto público, pero también en ocasiones, casi rituales, como coronaciones y celebraciones. De hecho, tal como indican muchos pasajes del Antiguo Testamento, sería difícil para los judíos imaginar una ocasión de alegría en la que no estuviera presente la música.

Los antiguos judíos utilizaban varios instrumentos de cuerda, el más característico era el kinor o lira. Se trataba, según la tradición, del instrumento del rey David. Otros instrumentos de cuerda eran el nevel o arpa, y el asor o cítara. Los instrumentos como el ugav o tubo de lengüeta, y el jalil o flauta, que poseían connotaciones orgiásticas en Israel y en Grecia, fueron objeto de desaprobación por parte de los sacerdotes. La jatsotsra o trompeta y el shofar o cuerno de carnero, eran instrumentos rituales utilizados en el templo y en conexión con la monarquía. Este último aún desempeña un papel destacado en los ritos judíos. Entre los instrumentos de percusión se encuentran el tof (un tambor de marco tipo pandereta tocado por mujeres), el pa'amón, la campana o cencerro, y los metsiltayim o platillos.

Las melodías utilizadas en la liturgia son tanto de carácter tetracordal (basadas en escalas de cuatro notas) como modal. Los textos litúrgicos eran entonados por los sacerdotes, mientras una orquesta de músicos profesionales acompañaba a éstos con versiones ornamentadas de las melodías cantadas. El canto de la congregación también era antifonal: los sacerdotes o un conjunto coral cualificado cantaban una parte y la congregación otra. El ritmo solía ajustarse a los acentos de las sílabas de las palabras.

Después de la diáspora y la posterior destrucción del Templo a manos de los romanos en el año 70 d.C., la sinagoga adquirió una importancia cada vez mayor. La práctica litúrgica de la cantilena (el canto de las Escrituras), que remonta su origen al siglo V a.C., y que interpretaban músicos-sacerdotes, se convirtió en obligación de una sola casta de la congregación alrededor del siglo I d.C. A partir de entonces se prohibió cualquier tipo de acompañamiento con instrumentos musicales. La congregación masculina al completo cantaba los responsos, en cualquier sitio que se requiriera el servicio. La práctica de la cantilena y el deseo de que se interpretara de manera correcta dio lugar a un incipiente sistema de notación durante el siglo V d.C. y a la conservación de cantos antiguos en determinados grupos, como el de los judíos yemenitas. La investigación del canto yemenita y babilónico demostró que el canto cristiano tiene una gran deuda con el antiguo modelo judío.

Sin embargo, se desarrollaron nuevas formas, y dichos himnos y modos de oración posbíblicos (muchos de ellos basados en sistemas métricos y rítmicos árabes) crearon la necesidad de contar con músicos profesionales. Por consiguiente, a principios de la edad media se instauró el oficio del jazán o cantor litúrgico.

Al principio, la obligación fundamental del cantor era hacerse cargo de la parte más complicada de la liturgia. No obstante, alrededor del siglo VIII, los cantores comenzaron a improvisar en sus interpretaciones. Después de muchos siglos, esta práctica (que cada vez incluía más elementos de canciones no judías así como melodías de himnos católicos romanos y protestantes) se tradujo en unas melodías de canto litúrgico extremadamente elaboradas, muy alejadas de los modos de oración originales de la antigüedad.

En el siglo XVI, los extáticos nigunim o himnos sin palabras, de los seguidores de la esotérica y mística cábala y de sus descendientes espirituales, los hasídicos de los siglos XVIII y XIX, heredaron el estilo del canto litúrgico ornamental. Inspirados originariamente en doctrinas religiosas que acentuaban una vocalización espontánea y una expresividad emotiva de las palabras de la oración, fueron degenerando como resultado de los repetidos intentos, frecuentes e inapropiados, de mezclar las melodías judías con la música artística europea. Sin embargo, las canciones y danzas jasídicas revisten un gran interés.

A partir del siglo XV, en los guetos de Europa oriental había grupos de músicos folclóricos (kleizmerim) que tocaban música escrita en partituras, y que la interpretaban en los servicios de la sinagoga así como en las festividades profanas. Ocasionalmente, han actuado ante un público cristiano, convirtiendo la música en medio de intercambio cultural. El estilo kleizmer renació en la década de 1980, gracias a músicos aficionados que interpretan música popular y folclórica con varios instrumentos.

Los intentos de reformar la liturgia datan del siglo XIX. La figura principal de la reforma fue Salomón Sulzer, que era el cantor litúrgico principal de la comunidad judía de Viena y un compositor de buena formación. Sulzer reconoció el carácter oriental de la música judía y se esforzó por elaborar un servicio litúrgico disciplinado que incorporase esta tradición de una manera aceptable para la comunidad judía occidentalizada.

Durante el siglo XX, varios compositores, entre ellos el suizo-estadounidense Ernest Bloch y el francés Darius Milhaud, crearon unos arreglos orquestales y corales para los servicios de la sinagoga. Otros compositores, como el norteamericano Leonard Bernstein en su sinfonía Kadish (1961-1963), incorporaron las melodías judías de rezo hogareñas a sus músicas. Steve Reich ha combinado los procedimientos del minimalismo con un idioma melódico lleno de ecos de música folclórica judía en Tehilim (1981), una composición basada en tres salmos. Por el contrario, otros compositores se han dedicado a tratar el tema judío con un lenguaje musical completamente occidental, como Arnold Schönberg en la ópera Moses und Aron (1930-1932) y Aaron Copland en su trío para piano Vitebsk (1927).

En Israel, las canciones folclóricas espirituales del judaísmo oriental, que contienen reminiscencias de la música árabe, han comenzado a fusionarse con ella y con las canciones de los judíos europeos. Gran parte de la música original israelí reunifica los elementos orientales tradicionales con los de la música occidental contemporánea.


Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 2005.

sábado, 13 de agosto de 2011

La música de Eladia Blázquez

Prohibido prohibir
Eladia Blázquez


No se puede prohibir, ni se puede negar
el derecho a vivir, la razón de soñar...
No se puede prohibir, el creer ni el crear,
ni la tierra excluir, ni la luna ocultar...
No se puede prohibir, ni una pizca de amor,
ni se puede eludir que retoñe la flor...
Ni del alma el vibrar, ni del pulso el latir,
ni la vida en su andar... No se puede prohibir.

No se puede prohibir, la elección de pensar
ni se puede impedir, la tormenta en el mar...
No se puede prohibir, que en un vuelo interior
un gorrión al partir, busque un cielo mejor...
No se puede prohibir, el impulso vital,
ni la gota de miel, ni el granito de sal...
Ni las ganas sin par, ni el deseo sin fin
de reír, de llorar, no se puede prohibir.

No se puede prohibir, el color tornasol
de la tarde al morir, en la puesta de sol.
No se puede prohibir, el afán de cantar,
ni el deber de decir lo que no hay que callar...
Sólo el hombre incapaz de entender, de sentir
ha logrado, al final, su grandeza prohibir,
y se niega el sabor y la simple verdad,
de vivir en amor y en total libertad...
Si tuviese el poder de poder decidir...
Dictaría una ley... ¡Es prohibido prohibir!

La música de Luis Miguel

El viajero
L&M: Roberto Sierra / José "Pepe" Martínez

Yo soy ese viajero que va por el camino
por brechas y veredas buscando su destino
escucho alegres trinos del ave arborera
rumor de fresca brisa de tierra morena
y miro en las espigas dorados sus trigales
en olas que se mecen muy verdes los maizales
y serpentean los bardas de piedras quebradas
casitas con arcones de adobe blanqueadas

La virgen del cerrito que alivia nuestros males
nos da sus bendiciones milagros y bondades
con fe los mexicanos le brindan su canto
y todos la visitan el día de su santo

México, México te llevo en el corazón
con la alegría del Mariachi me brota la inspiración
México, México de bronce tu corazón
no hay como sones jarochos cantados con emoción

Piletas como espejos y tibias sus lagunas
se peinan con el viento de encajes las espumas
de piedra molcajetes volcanes nevados
el Popo, El lztacíhuatl amantes postrados
me quedo en este suelo tan lindo y tan sereno
donde he encontrado cantos, caricias y consuelos
por tantas cosas bellas me quedo en tu seno
gozando tus pregones te canta el viajero

México, México te llevo en el corazón
con la alegría del Mariachi me brota la inspiración
México, México de bronce tu corazón
no hay como sones jarochos cantados con emoción



La música en China




La música china es tan antigua como su civilización. Entre los instrumentos procedentes de excavaciones en emplazamientos de la dinastía Shang (1766-1122 a.C.) se pueden encontrar campanas de piedra y bronce, flautas de Pan y varios sheng.
Durante la dinastía Zhou (1122-221 a.C.) la música constituía una de las cuatro materias que los hijos de los nobles y los príncipes estaban obligados a estudiar; por entonces, había más de 1.400 personas dedicadas a este arte. Si bien gran parte del repertorio se ha perdido, algunos ejemplos de música ritual china (yayue) se han preservado en manuscritos. Durante la dinastía Ch'in (221-206 a.C.) la música fue denunciada como pasatiempo inútil y se ordenó destruir casi todos los libros, instrumentos y manuscritos musicales. A pesar de esta severa vuelta atrás, la música china vivió una época de renacimiento durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), al establecerse un departamento especial que se encargaba de la música ceremonial. Durante el reinado (58-75 d.C.) de Mingdi, el palacio Han tenía tres orquestas compuestas por un total de 829 intérpretes. Una de ellas se utilizaba para las ceremonias religiosas, otra para los concursos reales de tiro con arco y la tercera para entretenimiento en los banquetes reales y en el harén.
Después del inquieto periodo de las Seis Dinastías (220 d.C.-581 d.C.), la dinastía Tang (618-907) fue testigo de la cumbre artística de la música profana china (suyue). El emperador Taizong tenía diez orquestas diferentes, ocho de las cuales estaban compuestas por miembros de varios pueblos extranjeros. Todos los músicos y bailarines reales aparecían ataviados con sus vestimentas características. La corte imperial también poseía una enorme banda que tocaba al aire libre y que estaba compuesta por cerca de 1.400 músicos. Algunos fragmentos de la música Tang se han conservado en la música japonesa cortesana o gagaku.
Durante 2.500 años, la cultura de ese país estuvo dominada por las enseñanzas del filósofo Confucio, que concebía la música, en su más elevado sentido, como un medio de calmar las pasiones y asegurar la armonía pública, en lugar de una forma de entretenimiento. Este juicio sobre el arte musical estaba ligado a los rituales musicales relacionados con la monarquía en la antigua religión china, que regía las ceremonias de la corte.
Este antiguo concepto de que el arte de los músicos no debe servir al ocio sino a la purificación de los pensamientos propios, ha abierto una particular vía de expresión en el culto al k'in o qin, una larga cítara que posee un repertorio que exige una gran sutileza y refinamiento en la interpretación y que sigue siendo popular en un pequeño círculo de estudiosos de la música. Un famoso discípulo de qin dijo una vez: "Podemos imaginar que el cuerpo del músico está en una galería o en una sala, pero su mente mora entre los bosques y los ríos".
Tradicionalmente, los chinos también han creído en la influencia que ejerce el sonido en la armonía del Universo. Ejemplo de ello es que una de las obligaciones más importantes del primer emperador de cada nueva dinastía fuera determinar y establecer unas reglas para la tradición musical de la dinastía. Esta forma de confucianismo metafísico intentaba mantener a la comunidad y al cosmos en armonía. Como resultado de esta orientación filosófica, hasta hace poco los chinos se oponían a tocar música únicamente destinada al entretenimiento. Por la misma razón, quienes se dedicaban a entretener con la música quedaban relegados a una posición social muy baja.
La melodía y el color tonal son rasgos sobresalientes de su música, en la que se pone un gran énfasis en la adecuada articulación e inflexión de cada tono musical. La mayor parte de la música china se basa en una escala de cinco tonos, o pentatónica, aunque también se utiliza la escala heptatónica (de siete notas) como una expansión de un núcleo pentatónico básico, mientras que la escala pentatónica ha sido muy utilizada en la música antigua. La música heptatónica suele encontrarse en el folclore del norte de la China.
Los instrumentos musicales chinos han sido clasificados tradicionalmente según los materiales utilizados en su construcción; éstos son el metal, la piedra, la seda, el bambú, la calabaza, la arcilla, el cuero y la madera. Entre los instrumentos más antiguos figuran las cítaras largas, las flautas, las flautas de Pan, el sheng u órgano de boca, y los instrumentos de percusión como los badajos, tambores y gongs. De origen posterior son los diferentes laúdes y violines que llegaron a China desde el Asia central.
Entre los distintos géneros de música china destaca una forma de drama musical al que suele denominarse ópera china. Antiguamente, estas óperas se basaban en viejos relatos de héroes y cuentos sobrenaturales. En la actualidad, las historias suelen tratar de héroes de la revolución comunista o de grandes sucesos históricos del pasado reciente. La primera forma plenamente desarrollada de ópera china, llamada drama norteño o beiqu, surgió durante la dinastía Yuan (1279-1368). En tiempos de la dinastía Ming (1368-1644) y la dinastía Qing (1644-1911), floreció y evolucionó el estilo del drama sureño también llamado xiwen. Una variedad de la ópera china conocida como ópera de Pekín, jingxi, es la más familiar a Occidente. Se desarrolló durante el siglo XIX como una síntesis de las formas provinciales primitivas.
Durante la primera mitad del siglo XX, la música china estuvo considerablemente influida por la música occidental. En respuesta a esta influencia, surgieron tres grandes escuelas. La primera pretendía revivir las viejas orquestas con miles de músicos que antaño deleitaran a los ancianos y sabios príncipes, resistiéndose a la influencia de la música de Occidente. La segunda escuela se dedicó casi exclusivamente a la música occidental. La última de las escuelas asumió con orgullo la herencia de la cultura musical tradicional, pero aplicando las técnicas compositivas e interpretativas occidentales. Esta última tendencia continúa siendo explotada por los compositores chinos modernos que viven fuera de su país, como Isang Yun en Alemania, Julian Yu en Australia o Bright Sheng y Tan Dun en Estados Unidos.
Durante la década de 1950, la influencia occidental impregnó a la música china hasta unos extremos sin precedentes. El régimen comunista chino, establecido en 1949, otorgó una importancia especial a la música rusa. En la China contemporánea existen notables instalaciones para la formación de músicos tanto en las tradiciones chinas como occidentales. Existen muchas orquestas sinfónicas y conjuntos instrumentales de estilo chino, así como grandes grupos corales en las mayores ciudades, universidades y fábricas. Se construyen grandes cantidades de instrumentos tanto chinos como occidentales que se utilizan en escuelas y conservatorios subvencionados por el Estado a lo largo de todo el país.




sábado, 6 de agosto de 2011

La música de Chico Novarro


La música de María Elena Walsh

Como La Cigarra

María Elena Walsh
Composición: María Elena Walsh
 

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Letras de tango

Afiche
Tango


Música: Atilio Stampone
Letra: Homero Expósito


Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera...
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú no estás,
porque eres algo para todos,
como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti,
por Dios, y te perdí!

Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti...
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar...
-¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

La música de Alberto Cortez

A modo de responso
Para Miguel Ángel Merellano


I
Miguel
¿de qué color es la temperatura?
¿a cuántos grados funde, la ternura
la piel?

Miguel
¿Cómo se miden las eternas dudas?
¿Cómo se cantan las canciones mudas
Miguel?

Ya ves
cuántas preguntas quedan en el aire
cuántas respuestas que no sabe nadie
y ya no estás para contestarme

Miguel
duele tu ausencia como no sabía
que iba a dolerme tanto desde el día
aquel
que por andar mirando las estrellas
la mas brillante te llevó con ella
gira, girando en su carrusel
Se me derrumba el alma entre los versos
se hace pedazos contra los recuerdos
como si fuera entera de papel.

II
Miguel
¿Qué peso tiene la melancolía?
¿A qué distancia queda la alegría
de ser ?
Miguel
¿Por qué la luz que siempre más alumbra
es la que brilla, pero no deslumbra
Miguel?
Ya ves
sigo en tinieblas sin poder zafarme
con tantas cosas para preguntarte
y ya no estás para contestarme
Miguel
si me parece verte todavía
a pleno sol, en pleno mediodia
Miguel
Siempre de frente izando la bandera
de tu verdad por dura que ella fuera
en esta absurda torre de Babel
Ya que la muerte me pasó de largo
canto en la tuya el canto más amargo
que es mi manera de llorar Miguel.

La música de Violeta Parra

Gracias a la vida
Violeta Parra


Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes, al hombre que yo amo.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado el cielo, que en todo su ancho
graba noche y día grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro,
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando,
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado la marcha de mis pies cansados,
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me dio el corazón que agita su mano,
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado la risa y me ha dado el llanto,
así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de todos que es mi propio canto.

Música prehistórica

 La música en la prehistoria

Estudiando a los pueblos primitivos y los restos arqueológicos del pasado más remoto, los investigadores han llegado a la conclusión de que la relación entre la música y la magia fue una constante durante los tiempos prehistóricos. Música y danza tienen un origen prehistórico común. En las sociedades primitivas, la música y la danza, indisolublemente unidas por el componente rítmico, desempeñaban una importante función social vinculada a la magia y a la celebración de actos rituales.

Facilitar la caza, invocar el éxito en la guerra infundiendo valor y protección mágica a los combatientes, rendir culto a los poderes de la naturaleza, celebrar el paso oficial de un adolescente a la vida adulta, provocar la lluvia cuando no llueve, asegurar la fertilidad de la tierra o curar al enfermo eran en las sociedades primitivas el objeto de los ritos mágicos, que se celebraban con ceremonias importantes a las que la música y la danza prestaban solemnidad y sentido.

El shaman o hechicero era el encargado de estas tareas, mediante actos rituales que combinaban canto, instrumentos y danzas con fórmulas rituales sólo por él conocidas.

Los hombres primitivos utilizaron para sus ceremonias instrumentos de viento, como flautas construidas con huesos humanos o de animales, y muchos instrumentos de percusión, aún usados en la actualidad, para acompañar la danza, como tambores construidos con pieles tendidas sobre troncos huecos, piedras percutidas de diferentes tamaños.

El valor ritual de la danza para las comunidades primitivas puede comprobarse en la costumbre de algunas tribus de las islas Nuevas Hébridas del Pacífico. Para asegurarse de la precisión de los pasos de manera que la magia surtiese su efecto, algunos arqueros se apostaban junto a los danzantes para asaetear con sus flechas a todo aquel que se equivocaba.



La Enciclopedia del Estudiante, Santillana