viernes, 26 de julio de 2013

Los instrumentos musicales

Arpas y Liras

Estos instrumentos se cuentan entre los más antiguos y aparecen en todo el mundo de la Antigüedad. Consisten básicamente en cuerdas tendidas sobre un marco que se hacen sonar pulsándolas. Arpas y liras se asocian a deidades mitológicas como Orfeo y a los ángeles, y es posible que procedan del arco de los cazadores.
Por lo que respecta al arpa, este instrumento va verticalmente desde el cuello o consola hasta la caja de resonancia o tabla. Las arpas cuentan con tres modelos básicos: arpa arqueada, en la que el cuello y la tabla tienen forma de arco; arpa angular, en la que forman un ángulo recto y el arpa de marco, en el que la tercera pieza, la columna, se coloca en el lado opuesto al ángulo, entre el cuello y la tabla, con lo que forman un triángulo seguro para soportar la tensión de las cuerdas. El arpa de orquesta moderna es del tipo de marco, grande y con 46 o 47 cuerdas (seis octavas y media, con siete cuerdas por octava). Las cuerdas graves están entorchadas, las agudas son de tripa o nailon. Para producir alteraciones (sostenidos o bemoles), el instrumento tiene siete pedales de doble acción. Cada pedal controla una cuerda en cada octava. El arpa se afina en la escala de do bemol mayor: cuando se pisa el pedal un nivel, cada cuerda controlada por él sube un semitono, de do bemol a do natural; cuando se pisan dos niveles, sube un tono, de do bemol a do sostenido.
Su antigüedad queda confirmada por una pintura de alrededor del año 1400 a. C. aparecida en la pared de una tumba egipcia de Rekhmire, en el Valle de los Nobles en Tebas. A David (hacia 1010-970 a.C.) segundo rey hebreo, se atribuye la autoría de los Salmos bíblicos y se lo representa tocando el arpa. Las arpas de arco, las más antiguas, fueron conocidas en Sumer y Egipto entre los años 3000 y 2000 a.C. aproximadamente. Las arpas angulares aparecieron algo después. Las primeras aún se encuentran hoy en Birmania, zonas de África, algunas de Siberia y en territorios aislados de Afganistán. Las angulares fueron importantes en la música medieval árabe y persa. Se utilizaron hasta finales del siglo XIX en este último país. Las arpas de marco, casi exclusivamente europeas, aparecieron en el siglo IX y se desarrollaron en dos versiones, una utilizada en Irlanda y Escocia, y otra en la Europa continental. El arpa irlandesa es un instrumento potente, con una caja de resonancia amplia y profunda, tallada en un bloque de madera, cuello fuerte y grueso, y una dura columna curvada. Cuenta con 30 a 50 cuerdas metálicas que se pulsan con las uñas y producen un sonido brillante. Se utiliza desde el año 1800 aproximadamente. Las arpas medievales en otros lugares de Europa fueron más pequeñas y ligeras, con unas 7 a 25 cuerdas aparentemente de metal, y una tabla más estrecha y plana. En torno al 1500 se empezaron a utilizar cuerdas de tripa, y apareció una forma más alta con columna recta que pudo soportar más tensión de las cuerdas que la columna curvada. Esta arpa gótica es el antecedente de las arpas folclóricas de Iberoamérica y de las arpas irlandesa moderna y de orquesta.
Como la música desde el siglo XVI al XVIII fue demandando más notas que las siete del instrumento europeo, se hicieron intentos para producir las demás notas. Se incluyó una segunda fila de cuerdas afinadas con los bemoles y sostenidos (arpas cromáticas), se colocaron pequeños ganchos en el cuello que podían doblarse para acortar las cuerdas y subir su afinación y, por último, se conectaron esos ganchos (después discos rotativos) a pedales mediante palancas y alambres situados dentro de la columna. Inventada en 1720, la primera arpa de pedales simples pudo subir la afinación de determinadas cuerdas, lo que le permitió tocar en muchas tonalidades (no todas). Este sistema fue superado por el de doble acción, inventado en 1810 por Sébastien Érard en París.

La lira, por su parte, es un instrumento musical de cuerda formado por dos brazos que sobresalen de una armadura cerrada o cuerpo. Sobre éstos se apoya un travesaño al que se sujetan las cuerdas. Éstas se dirigen hacia el cuerpo, pasan por encima de la tapa armónica, sobre el puente y terminan en un cordal en el extremo inferior de la tapa. En las liras de tabla el cuerpo puede ser el caparazón de una tortuga o un cuenco tallado y la tapa es de piel animal. En la antigua Sumeria, hacia el 2800 a.C., se utilizaron cajas con brazos asimétricos. Esta lira apareció también en Egipto junto con la simétrica, más pequeña. El instrumento fue muy popular en Grecia y estuvo asociado al culto del dios Apolo — según la mitología griega, fue inventada por el dios Hermes. Más tarde, su hermano Apolo (dios de la verdad, la luz, la música y la poesía) enamorado de los sonidos de aquel instrumento, se lo cambió a Hermes por un rebaño de vacas— pero ya Homero mencionaba la Ghorminx, lira preclásica propia del arte micénico. Se fabricaron en la época clásica dos grandes variedades: la kithara, propia de músicos profesionales, era una lira de tabla con brazos simétricos gruesos y huecos que se tocaba con un plectro o púa. La lyra, utilizada por los músicos aficionados y punteada con los dedos, era una lira de caparazón, casi siempre de tortuga, con un parche de piel de toro. Se dice que Hermes ofreció este instrumento tanto a Apolo como a Orfeo, como símbolo de expresión poética. El antiguo kinnor hebreo, instrumento del rey David, fue como la kithara y tiene posible origen asirio. En tiempos modernos se han tocado liras parecidas, con o sin puente, en el África oriental. Se incluyen aquí la beganna, que es también como la kithara, y la lira krar, ambas de Etiopía pero de más modestas dimensiones. En las antiguas liras africanas las cuerdas estaban enrolladas en el travesaño y se tensaban estirando las vueltas o insertando pequeñas cuñas de madera. Los dedos de la mano izquierda amortiguan las cuerdas sobrantes, mientras los de la derecha pulsan todas las cuerdas con o sin plectro. Las liras de tabla se utilizaron con profusión en el norte de Europa hasta el año 1000 d.C. Solían tener travesaños tallados en la misma pieza de madera del cuerpo y clavijas. Hasta esa época estos instrumentos se punteaban, después fue más común el frotamiento con arco. Las liras de arco sobrevivieron hasta el siglo XX en Finlandia y Estonia. En Gales, el crwth, instrumento de los bardos celtas, que tenía un diapasón al costado del cuerpo, se utilizó hasta principios del siglo XIX.


Encarta, 2005

La enciclopeida del estudiante, Santillana, 2006 

sábado, 1 de junio de 2013

Las pianolas

El mágico piano mecánico
 
Todavía en la década de 1920, las pianolas eran una de las formas de entretenimiento más populares en todo el mundo. Con teclas que subían y bajaban como si las tocaran dedos fantasmales, estas “pianolas” (en realidad este nombre fue la marca comercial de un fabricante) llenaban con su música tanto bares oscuros como salones respetables. Sólo en los Estados Unidos, a principios de la década citada fueron fabricados medio millón de estos instrumentos. Pero en la de 1930, con la creciente popularidad de la radio y el gramófono, prácticamente desaparecieron.
La primera pianola se patentó en Francia en 1863. Consistía en un gabinete con “dedos” de fieltro, que se colocaba en la parte delantera del piano, sobre las teclas. En su interior, una barra rastreadora “leía” los orificios de un rollo de papel giratorio, como los de las tarjetas perforadas de computadora. Entonces, la barra activaba el sistema de fuelles que hacía a los “dedos” pulsar las teclas adecuadas. En modelos posteriores, todo el mecanismo quedó incorporado al piano mismo.
En algunos modelos, el usuario tenía que pedalear los fuelles para controlar el volumen y la velocidad, lo cual requería gran habilidad, de modo que pocas veces lograba éxito total al respecto. En modelos más avanzados, que se conocieron como pianos reproductores, los efectos expresivos de los pedales se incluyeron en una hoja perforada que reproducía cualquier matiz, de un concierto, como un cambio de tempo.
Pianistas famosos de todos los tipos de música, desde Rachmaninoff y Debussy hasta George Gershwin y “Fats” Waller, hacían cola para grabar sus interpretaciones en rollos de pianola, que se reproducían para  venderlos como los discos o los casettes actuales. La enorme ventaja del rollo era que la música se escuchaba en un piano de verdad (incluso en los discos compactos de hoy día inevitablemente se pierde algo de la calidad de la música interpretada en vivo, pese a los complejos procesos de grabación).
La tecnología computarizada de finales de siglo XX ha alcanzado a las pianolas. En la década de 1970, la compañía japonesa Marantz desarrolló el Pianaocorder, sistema de cinta magnética de computadora especialmente codificada, que se instalaba en un piano para que el pianista grabe mientras toca. Luego pude sentarse y escuchar, pues el instrumento reproduce la interpretación con todo y errores.

¿Sabía usted qué...?, Reader’s Digest, 1990


sábado, 6 de abril de 2013

La música y sus estilos


Estilos y géneros musicales

 

En el lenguaje musical pueden distinguirse tres elementos principales:
·         La melodía es una sucesión de sonidos dispuestos en períodos o frases musicales. La melodía es fundamentalmente producto de la inspiración del músico; por eso, es difícil someterla a leyes. Según sea su medio de expresión, podrá ser vocal o instrumental. La melodía es el elemento de la música que permite seguir con cierta lógica el discurso del lenguaje musical. A ello ayudará la comparación con el lenguaje gramatical. La melodía diferencia una canción o composición de otra, del mismo modo que una obra literaria o un discurso oral se diferencia de otro.
·         El ritmo es la ordenación de sonidos en el tiempo según determinadas reglas. Musicalmente viene dado por la relación que, en cuanto a valor, guardan entre sí los sonidos en su fluir continuo. Para su mayor comprensión, el músico realiza una serie de divisiones atendiendo a la acentuación y al pulso de la música, que él denomina tiempo.
Cuando el resultado de lo anterior es la combinación en grupo de dos tiempos, de los que el primero es acompasado (fuerte) y el segundo es débil, nos encontramos ante una célula rítmica binaria. Si la combinación es de un tiempo acentuado o fuerte y dos débiles, tenemos una célula rítmica ternaria. Generalmente, a estas células rítmicas se las llama compases. Por tanto, compás es la división regular del ritmo. Para indicar los compases, al principio del discurso musical se escriben unos números en forma de quebrados. (2/4, 3/4, 4/4), que indican compases a dos, tres o cuatro tiempos.
Para indicar la velocidad de ejecución se utilizan indicaciones metronómicas (tiempos por minuto) o unos vocablos de los que presentamos los más usuales:
-      Grave, o movimiento muy lento y solemne.
-      Largo, que significa muy lerdo y majestuoso.
-      Adagio, o movimiento lento y alargado.
-      Andante, o movimiento normal.
-      Allegro, o movimiento alegre y en cierta forma rápida.
-      Vivace, que indica un tiempo muy rápido y vivo.
-      Presto, o movimiento muy rápido.
·         La armonía es la combinación de varios sonidos que suenan simultáneamente y que forman un todo agradable al oído. También puede definirse como el arte de formar y enlazar los acordes, entendiendo por acorde la combinación simultánea de tres o más sonidos de la misma melodía. Tradicionalmente, los acordes se formaban adicionando a un sonido básico fundamental otros sonidos situados, según el orden de la escala en sentido ascendente, a tres intervalos del sonido básico ―intervalo musical de tercera―; la misma operación se hacía sobre este segundo sonido, y así sucesivamente. La armonía contemporánea da cabida a formaciones acordadas totalmente libres: por segundas, cuartas, etc.
Cuando varias melodías suenan simultáneas y guardan cierta relación armónica, se produce el contrapunto.
Estos tres elementos, la melodía, el ritmo y la armonía, definen un estilo musical y lo diferencian de otros estilos.

A lo largo de la historia de la música, la melodía, el ritmo y la armonía se han combinado con mayor protagonismo de uno u otro elemento. Según el elemento que predomine, se puede establecer cuatro estilos musicales, en los que pueden hacerse numerosas subdivisiones.
1.   Estilo monofónico. Su base es una melodía pura, sin acompañamiento de ninguna especie. El canto gregoriano y casi toda la música de la Antigüedad son monofónicos. En la actualidad gran parte de legado musical del folclore es también de estilo monofónico.
2.   Estilo homofónico. Consiste en una melodía con un acompañamiento armónico de otras voces o de instrumentos que se subordinan a la melodía y la refuerzan, pero nunca la oscurecen. Por ejemplo, cuando un cantante se acompaña a la guitarra. Este estilo fue muy común en el siglo XVII y lo siguen practicando en la actualidad numerosos cantautores.
3.   Estilo polifónico. Es el resultado de varias líneas melódicas que suenan de forma simultánea e independiente y que convergen en todo armónico. Este es el estilo que han practicado los grandes músicos a partir del siglo XIV. Desde el siglo XV, la mayor parte de la música culta es polifónica.
4.   Estilo inmelódico. En él, la melodía no es reconocible bajo ningún aspecto. En el estilo inmelódico se enmarca la mayor parte de la música de vanguardia: concreta, abstracta, electrónica y aleatoria.
Aunque puede establecerse una sucesión histórica de estos cuatro estilos, todos ellos coexisten en la actualidad. Así, hay autores de vanguardia que siguen cultivando la línea melódica. Cada compositor se encuadra en uno de estos estilos, pero además posee rasgos peculiares que constituyen su sello o estilo personal.
Fragmentos tomados de La Enciclopedia del Estudiante, Santillana

viernes, 1 de marzo de 2013

Rarezas


compositores  originales

La música seria en general no es asunto de risa. Pero algunos compositores han demostrado que un toque de humor no siempre está fuera de lugar en música de valor perdurable.
Uno de ellos fue el francés Erik Satie. Nacido en 1866, trabajó años como pianista en un cabaret parisino y componía en sus ratos libres. Tanto en su vida como en su música manifestó un inusual sentido del humor. Daba a sus obras extraños títulos como Tres piezas en forma de pera, y llenaba las partituras con instrucciones estrafalarias para los intérpretes. En una obra pide al pianista que toque como si fuera “un ruiseñor con dolor de muelas”.
La vida privada de Satie era igualmente excéntrica, nunca se le vio sin paraguas, de los cuales tenía cientos, y vivió los últimos 30 años de su vida en un cuarto de un suburbio de París, donde no permitía entrar a nadie. Cuando al fin sus amigos entraron al cuarto después de su muerte, en 1925, sólo encontraron una cama, una silla, una mesa, un piano roto y 12 trajes de terciopelo gris comprados el mismo día y sin estrenar. Pero las extravagancias de Satie no obstaron para que su música fuera apreciada por sus más talentosos contemporáneos; influyó en muchos compositores posteriores y aún goza de gran popularidad.
En contraste, Charles Ives, compositor estadounidense del siglo XX, fue mucho más estrafalario en su música que en su vida. Pese a haber estudiado música, decidió que la venta de seguros le ofrecía una mejor vida, y, de hecho, se hizo millonario con dicha actividad. Pero dedicó a la composición casi cada momento libre de su atareada vida, y componía en los trenes y por las noches en casa. Poco pensó en la ejecución o la publicación de su obra, que en gran parte vio la luz pública sólo después de su muerte, acaecida en 1954.
Ives encontró la inspiración en los sonidos de la vida cotidiana. En su música se mezclaba el tañer de las campanas de una iglesia con una banda militar, el silbido de vagabundos y el ritmo de un himno, en una gloriosa discordancia experimental. En otras palabras, como verdadero excéntrico, hizo exactamente lo que quiso cuando lo quiso, y el resultado fue una música que es única en su energía y originalidad.

¿Sabía usted qué...?, Reader’s Digest, 1990

viernes, 25 de enero de 2013

Pentagramas y claves


El lenguaje musical (2)

Nuestra música occidental usa siete sonidos naturales. Ordenados correlativamente y partiendo desde la nota DO, entre un sonido y su inmediato existe la diferencia acústica de un tono, excepto entre las notas MI-FA y SI-DO, entre las que solo existe medio tono. La ordenación correlativa de estos siete sonidos naturales se denomina escala diatónica. Cuando la ordenación se realiza a distancia de medio tono, el resultado es una escala de doce sonidos que se denomina escala cromática.

La escala actual está basada en el sistema temperado, que toma el semitono como el intervalo más cercano entre dos sonidos. Este sistema se debe al español Ramos de Pareja. Todo intervalo natural se puede subir medio tono mediante un sostenido (#) o bajar medio tono mediante un bemol (b). El efecto del sostenido o bemol desaparece con el becuadro ().
El pentagrama es el entramado fundamental de una partitura sobre el cual se ubican los demás símbolos. Cada una de las cinco líneas y sus espacios intermedios corresponden a los siete tonos repetitivos de la escala diatónica, de acuerdo con la clave en uso. Por ejemplo, en un pentagrama con la clave de sol, la primera línea inferior corresponde a la nota Mi (E) correspondiente al Do central (C). El espacio inmediatamente superior es Fa (F4) y así sucesivamente:

 


Las claves son signos que se escriben al principio de un pentagrama y que indican la altura y el nombre de los sonidos. Las claves utilizadas en la actualidad son tres: clave de Sol, clave de Fa y clave de Do. El sonido que da nombre a cada clave se escribe en la línea del pentagrama en la que figura dicha clave.

Clave de Sol: El centro de la espiral define la línea o espacio sobre el cual descansa la nota SOL sobre el DO central o aproximadamente 392 Hz. Situada así, se asigna a Sol sobre el Do central a la segunda línea del pentagrama contada desde la parte inferior y se conoce como la «clave de agudos». Esta es la clave más común en notación musical y se usa para la mayor parte de la música vocal moderna:

 

Clave de Fa. La línea o espacio entre los puntos en esta clave indica fa bajo el Do central o aproximadamente 175 Hz. Situada así, hace que la segunda línea del pentagrama contada desde la parte superior corresponda a fa bajo el Do central:


Clave de Do. Esta clave indica la línea (o espacio, rara vez) que representa al Do central o aproximadamente 262 Hz. Situada así, hace que la línea central del pentagrama corresponda al Do central. Mientras otras claves pueden situarse en cualquier lugar dentro del pentagrama para indicar varias tesituras, la clave de Do es considerada comúnmente una clave "movible": frecuentemente se sitúa en la cuarta línea. Esta clave es utilizada comúnmente en música escrita para viola, fagot, violonchelo y trombón. Reemplaza la clave de Fa cuando el número de líneas adicionales sobre la clave de Fa impide una fácil lectura:
 

Para resumir, la clave de Sol se pone siempre en la segunda línea del pentagrama. La clave de Fa puede ponerse en la tercera o cuarta línea. La clave de Do puede ponerse en la primera, segunda, tercera o cuarta línea.




Fragmentos tomados de La Enciclopedia del Estudiante, Santillana, y Wikipedia